Cuando los padres apuntan a sus hijos a las actividades extraescolares deportivas, en numerosas ocasiones dejan de lado la realización de un análisis de las cualidades y beneficios que ese deporte tiene, sobre todo para la edad del niño o niña en cuestión. De esta manera, aunque los deportes de equipo como el fútbol, fútbol sala o baloncesto son los más comunes y los que copan los patios de las escuelas, muchas familias olvidan otras posibilidades que pueden ser igualmente atractivas para el interesado.
Son ya muchas las escuelas y asociaciones deportivas escolares las que cuentan con el conocido como Multideporte para los más pequeños. En este caso, se centran en el conocimiento de diferentes disciplinas deportivas para así potenciar no sólo las capacidades motrices y evolutivas, sino también el conocimiento del mayor espectro deportivo posible, abriendo así las miras de los pequeños. A su vez, ciertos deportes individuales se están posicionando cada vez más como una posibilidad deportiva extraescolar para los niños, potenciando estos deportes algunas cualidades y características únicos a ellos e igualmente positivos para los críos. Escuelas de tenis, esquí, patinaje o gimnasia deportiva suman cada vez un mayor número de adeptos entre los más pequeños de la casa.
El esquí, por su parte, contiene ciertos aspectos que lo hacen una elección de lo más acertada para las familias y, en muchos casos, el inicio de una gran afición para los niños. Uno de los grandes puntos a favor del esquí como deporte para niños, es que su práctica es posible y recomendable desde tan solo los 4 años. De este modo, se convierte en uno de los deportes que antes se pueden practicar y la evolución de los pequeños en estas edades tempranas es tremendamente asombrosa.
La práctica del esquí por parte de los más pequeños supone un enorme avance en conceptos como independencia, superación, esfuerzo o habilidad; pero no sólo eso. El esquí se posiciona como uno de los deportes en los que los niños pequeños más evolucionan en sus capacidades motoras: lateralidad, equilibrio, fuerza, concepción espacio-tiempo etc.
Uno de los aspectos que más atrae a los niños una vez conocen este deporte en edades tempranas, es que las clases se desarrollan por medio del juego y la diversión. Alejados de la competición y la táctica, estas lecciones de esquí inciden en la necesidad de los niños de pasarlo bien para así comenzar a amar un deporte. La evolución en los conceptos del esquí se lleva a cabo de manera casi inconsciente y siempre a tavés de la diversión, el juego y la interactuación. Los pequeños, de esta forma, no ven sus subidas a la nieve como una clase más de las muchas que tienen a lo largo de la semana, sino una forma de aprender divirtiéndose y con nuevos amigos.
Además, la convivencia entre los compañeros y con el propio entorno cobra mayor significancia cuando hablamos de la práctica del esquí. Para los niños, conocer la montaña y la nieve desde tan pequeños les supone nuevamente un aprendizaje desde la diversión. Y la convivencia entre los grupos de esquí de niños pequeños es siempre positiva, alejando este deporte de la competitividad y la competencia hasta futuras épocas. El esquí se enfoca como un Deporte en su máxima expresión para niños pequeños, potenciando únicamente sus valores más positivos.
Además, como esbozábamos anteriormente, cuando un pequeño comienza su andadura como esquiador a los 4 años, muy probablemente tenga una evolución tremendamente sorprendente, haciendo que desde muy pequeño conozca y aplique unas destrezas únicas para su edad no solamente en las pistas de esquí. Del mismo modo, cabe valorar que cualquier edad es aceptada para acercarse a conocer este deporte. Al igual que muchos adultos deciden dar sus primeros pasos con los esquíes puestos, cualquier edad infantil es propicia para comenzar con las clases de esquí